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jueves, 15 de octubre de 2009

Evaluación Del Riesgo Cardiovascular En Pacientes Asintomáticos

12 OCT 09 Riesgo cardiovascular

Evaluación Del Riesgo Cardiovascular En Pacientes Asintomáticos

Hasta el presente las pruebas auxiliares en personas asintomáticas no agregan información sustancial para predecir el riesgo de enfermedad cardiovascular.

Dr. Scott IA.BMJ 2009;338:a2844.

Introducción
La evaluación clínica de riesgo futuro de episodios cardiovasculares en individuos asintomáticos es a menudo imprecisa si no se utilizan las herramientas adecuadas. De acuerdo a los criterios de Framingham, los factores pronósticos más aceptados son edad, sexo, colesterol sérico, presión arterial, tabaquismo, diabetes e hipertrofia ventricular izquierda.
En las últimas décadas se han propuesto nuevos factores pronósticos de riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) que se describen en la Tabla 1.

Tabla 1.
Nuevos marcadores de riesgo cardiovascular propuestos en las últimas décadas
Marcadores de inflamación, disfunción endotelial y estrés oxidativo
Proteína C reactiva de alta sensibilidad, homocisteína, folato, vitamina B6, interleuquina 6, molécula-1 de adhesión intracelular, inhibidor tisular de la metaloproteinasa, metaloproteinasa-1 de matriz, E-selectina, leptina, anticuerpos contra agentes infecciosos (citomegalovirus, virus del herpes simple y chlamydia)
Marcadores de daño cardiaco
Troponinas
Marcadores de activación neurohumoral
Aldosterona, péptico natriurético cerebral
Marcadores de daño renal
Cistatina C, índice albúmina/creatina
Marcadores procoagulantes
Fibrinógeno, factor VIII activado, prostaciclina, tromboxano A2, dímero-D, inhibidor del activador del plasminógeno tipo 1, activador del plasminógeno tisular, trombomodulina
Marcadores de dislipidemia
Lipoproteína (a), índice apolipoproteína AB/apolipoproteína A1, lipoproteína asociada a la fosfolipasa
Marcadores del metabolismo de la glucosa
hemoglobina glucosilada
Condiciones que debe tener una prueba para que tenga utilidad como marcador pronóstico de ECV
Cuanto más alterado esté el valor de la prueba, mayor deberá ser el riesgo (expresado como riesgo relativo o coeficiente de riesgo [odds ratio]).
La fuerza de esta asociación persiste después de haber hecho los ajustes para otros factores de riesgo conocidos.

La prueba discriminará bien entre las personas que tendrán un episodio futuro de las que no lo tendrán (expresado como índice de C con valores de 0,5 que no son mejores que el azar o casualidad y 1,0 representando la discriminación perfecta).

El método debe ser confiable y estandarizado en los distintos laboratorios.

El valor de la prueba debe entrar dentro de una puntuación que hará variar la estimación del riesgo y justificar modificaciones en el tratamiento.

Los resultados de los estudios clínicos deben demostrar que el tratamiento basado sobre la prueba mejora la evolución y los resultados.

En general las pruebas tienen utilidad clínica si predicen correctamente un episodio o la ausencia del mismo en ≥ 70% de los casos, lo cual requiere una fuerte asociación entre el valor de la prueba y el riesgo de la enfermedad (coeficiente de relación ≥ 10).

El riesgo Q
El riesgo Q deriva de un modelo de regresión Cox sobre la base de dos millones de pacientes que asistieron a consultas de primer nivel en el Reino Unido desde 1995 hasta 2007. En la versión original las variables incluidas son:
Edad
Sexo
Tabaquismo
Presión arterial sistólica
Índice de Castelli (colesterol total/HDL)
Índice de masa corporal
Antecedentes de enfermedad coronaria en familiares de primer grado menores de 60 años
Tratamiento antihipertensivo.
Una versión más reciente, el riesgo Q2 agregó a los factores anteriores la diabetes tipo 2, la artritis reumatoidea, la enfermedad renal y la fibrilación auricular.

¿Cuál es el valor agregado del electrocardiograma (ECG) de reposo y de ejercicio?

Las principales alteraciones del ECG en reposo como las ondas Q, el bloqueo de rama izquierda y la fibrilación auricular, están asociadas con hasta un 3,5 veces el aumento de riesgo de muerte cardiovascular en 10 años. El ECG de ejercicio basado solamente sobre la desviación del segmento ST es apenas mejor que los modelos basados en Framingham para predecir riesgo. En 25.927 hombres asintomáticos con bajo riesgo (promedio de edad 43 años), un ECG de esfuerzo anormal observado en el 4,3% de esa población, predijo el riesgo de muerte en forma incorrecta en casi el 40% de los casos, aunque la precisión mejoró al aumentar el número de factores de riesgo (riesgo relativo 21 en ausencia de otros factores de riesgo, 80 para 3 o más factores). ECG de esfuerzo más sofisticados (tiempo del ejercicio, duración del desnivel ST, aparición de angina), junto con factores de riesgo clínico (edad, sexo, diabetes, tabaquismo), dieron mayor precisión, con estadística C para 5 años de supervivencia de hasta 0,83.

En los pacientes que por diferentes razones no pueden ser sometidos a un ECG de esfuerzo, las pruebas de esfuerzo inducidas por fármacos (ecocardiografía, barrido de perfusión miocárdica), parecen tener un bajo valor pronóstico.

¿Cuál es el valor agregado de las pruebas de laboratorio y de los estudios por imágenes?

Biomarcadores. Los escasos estudios poblacionales con biomarcadores aislados como los señalados en la Tabla 1, no mostraron un valor pronóstico agregado más allá de los factores de riesgo tradicionales. Los estudios poblacionales con un conjunto de biomarcadores arrojaron resultados decepcionantes.

Estudios por imágenes no invasivos. Mediante rayos de electrones o tomografía computada de múltiples cortes, se visualizan los depósitos de calcio en las placas ateroscleróticas a lo largo de las arterias coronarias y mediante un programa de computación se genera una puntuación volumétrica entre 0 sin calcio y 1000 (calcificación intensa). Este método aporta un pronóstico de riesgo superior a los factores de riesgo clínicos aislados (hipertensión arterial, dislipidemia, diabetes, tabaquismo), excepto para la edad del paciente como factor de riesgo aislado. Esto sugiere que la edad es el factor de riesgo aislado más importante para predecir tanto la muerte de causa cardiovascular como la extensión de la calcificación coronaria.Los consensos actuales no recomiendan realizar la angiografía computada en personas asintomáticas de bajo riesgo. El costo beneficio es desfavorable por las secuelas de la radiación.

Ecografía carotídea y de miembros inferiores. En personas asintomáticas, el aumento de espesor de la íntima-media de la arteria carótida o la reducción deI flujo arterial en la pierna (bajo índice tobillo/brazo) se asocia con hasta 3 veces el aumento de riesgo cardiovascular después de ajustar para los factores de riesgo tradicionales. Sin embargo, todavía no está recomendado para uso de rutina con el objeto de predecir riesgo cardiovascular en personas asintomáticas.
Implicancias para la práctica clínica.

Según la evidencia disponible, hasta el presente las pruebas auxiliares en personas asintomáticas no agregan información sustancial para predecir el riesgo de ECV. Tampoco afectan el cuidado, los hábitos de vida, el cumplimiento terapéutico, ni los resultados.
Se requieren nuevos estudios aleatorios para definir si una mejor categorización de los factores de riesgo puede lograr reducir a través de modificaciones terapéuticas la morbimortalidad cardiovascular en pacientes asintomáticos. Es importante también establecer que el agregado de un nuevo paquete de estudios no solo no encarezca los costos de salud sino que contribuya a reducirlos al prevenir las ECV. En otros términos que sea costo-efectivo.

Hasta el presente se recomienda poner en práctica el riesgo Q2 que predice al término de 10 años un riesgo de ECV del 33% y que aporta suficiente motivación para el paciente y su médico a optimizar y modificar el tratamiento, haciendo innecesarias otras pruebas.

♦ Comentario y resumen objetivo: Dr. Ricardo Ferreira

Advierten Sobre La Relación Entre La Obesidad Y El Cáncer

25 SEP 09 Berlín, Congreso Eurpoeo de Oncología

Advierten Sobre La Relación Entre La Obesidad Y El Cáncer

El alerta surgió de un estudio presentado en el congreso de cáncer más importante de Europa. En un año, alrededor de 124.000 personas tuvieron la enfermedad en ese continente por tener sobrepeso.
El exceso de grasa corporal, sobre todo en las mujeres, podría llegar a ser la principal causa del cáncer en los países occidentales durante la próxima década, se dijo ayer en Berlín, una ciudad donde sin embargo es mucho más frecuente cruzarse en la calle con un pelotón de ciclistas altos y delgados que con un obeso. Pero en el promedio, hasta un 8% de los pacientes con cáncer en Europa están excedidos de peso. Y se informó que en sólo un año, más de 124.000 personas desarrollaron la enfermedad en este continente porque tenían kilos de más. Los expertos alertaron que esa cifra aumentaría a medida que se expande la epidemia de obesidad."En los próximos años, la obesidad podría ser la principal causa de cáncer en las mujeres", pronosticó Andrew Renehan, un experto de la Universidad de Manchester al presentar ayer un estudio en el mayor congreso de Oncología que se realiza en Europa.

En los hombres, un 3,2 % de los nuevos casos se vincularon al sobrepeso o la obesidad, mientras que en las mujeres la cifra trepó al 8,6 %. El mayor número de nuevos cánceres relacionados con la gordura fueron el de endometrio (33.421), el de mama posmenopáusico (27.770) y el colorrectal (23.730). Juntos son el 65 % de los casos atribuibles a la obesidad.Renehan dijo que usó los datos de la OMS y de la Agencia Internacional de Investigación sobre Cáncer para estimar que en 2002 unos 70.000 casos nuevos de la enfermedad en 30 países europeos se dieron en personas que tenían kilos de más. Luego se proyectó las cifras hacia 2008, teniendo en cuenta el abrupto declive en el uso de la terapia hormonal sustitutoria desde 2002 (porque se la vinculó a un incremento del riesgo de cáncer de mama), y el uso más extendido de diagnósticos de cáncer de próstata. Se halló que los casos de cáncer atribuidos al exceso de peso crecieron a 124.050 en 2008.

Esta no es la primera vez que se relaciona el exceso de la grasa corporal con esta enfermedad. Según el Instituto Norteamericano de Investigaciones sobre el Cáncer, aumenta el riesgo de contraer cáncer de esófago, páncreas, colon y recto, endometrio, riñón y mama en mujeres menopáusicas. "La grasa afecta los niveles de las hormonas y pueden influir en la fabricación de células cancerígenas", explicó a Clarín la oncóloga Lorena Lainati. Y dio consejos para prevenir la enfermedad, como hacer actividad física, consumir poco alcohol, evitar los embutidos y eliminar los kilos de más, sobre todo en la zona abdominal. También, llamó a poner gimnasios en los hospitales –o cerca de ellos– para poder exigir a los pacientes que "se muevan". El ejercicio, comparó, es un remedio tan útil como los que se compran en las farmacias.

Renchon también recomendó hacer ejercicio intenso dos o tres horas semanales porque ayuda "a reducir del 30 al 40% el riesgo de padecer cáncer". Y dijo que en las mujeres menopáusicas el riesgo de contraer cáncer de mama aumenta 1% por cada kilo de sobrepeso. Mientras, cerca del centro de convenciones que reúne a más de 30.000 oncólogos de todo el mundo, los berlineses demuestran que al menos ellos intentan hacer bien los deberes: en el Tiergarten, el inmenso parque central de la ciudad, se mezclan ciclistas, maratonistas y caminantes que no aflojan el paso al bordear el Reichstag y la Postomer Platz.

Clarin.com
Por: Diana Baccaro